“Culpar a otros de nuestras desdichas es una muestra de ignorancia; culparnos a nosotros mismos constituye el principio del saber; abstenerse de atribuir la culpa a otros o a nosotros mismos es muestra de perfecta sabiduría” EPICTETO
“¡No puedo decirles el bien que me hace la soledad!” FRIEDRICH NIETZSCHE (1886) en una carta a su madre y hermana.
“El someterse a las leyes de la moral puede deberse al instinto de esclavitud, a la vanidad, al egoísmo, a la resignación, al fanatismo o a la irreflexión. Puede tratarse de un acto de desesperación o de un sometimiento a la autoridad de un soberano. En sí, no tiene nada de moral” FRIEDRICH NIETZSCHE (1886)
“En su propio quicio y vital eficacia. Un hombre desmoralizado es simplemente un hombre que no está en posesión de sí mismo, que está fuera de su radical autenticidad y por ello no vive su vida y por ello no crea ni fecunda ni hincha sus destinos” ORTEGA Y GASSET
«¿Viviremos suficiente para ver una revolución política? ¿Nosotros, los contemporáneos de estos alemanes? Amigo mío, usted cree lo que desea creer (…) Cuando se juzga Alemania según su historia presente, no me discutirá usted que toda su historia está falsificada y que toda su vida pública actual no representa el estado real del pueblo. Lea los periódicos que usted quiera, convénzase de que no se deja de celebrar -y usted admitirá que la censura no impide a nadie el dejar de hacerlo- la libertad y la felicidad nacional que poseemos (…)» RUGE, Carta a Karl Marx, marzo de 1843.
“Las desgracias que asaltan a un pueblo, tales como las tormentas, las sequías o las epidemias, despiertan en los individuos la idea de que han cometido faltas contra las costumbres, o hacen creer en todos los miembros del grupo que hay que inventar nuevas costumbres para aplacar a un nuevo poder sobrenatural o a un nuevo capricho de los demonios. Esta forma de sospechar o de razonar impide que se profundice en la verdadera causa natural y hace que la causa demoníaca se erija en la razón primera del hecho” FRIEDRICH NIETZSCHE (1886)
“No queremos que las causas sean pecados y los efectos castigos” FRIEDRICH NIETZSCHE (1886)
“Ajustarse al término medio de lo colectivo representa, pues, la norma moral básica dictada por la impotencia del débil que rebaja y devalúa la singularidad excepcional” ENRIQUE LOPEZ CASTELLON (1998)
«Ante la moral, como ante cualquier autoridad, no está permitido reflexionar y mucho menos hablar. No hay más que obedecer. Desde que el mundo es mundo, ninguna autoridad ha consentido ser objeto de crítica. ¿Acaso no se ha considerado que es inmoral criticar la moral, cuestionarla, ver en ella un problema? FRIEDRICH NIETZSCHE (1886)
«Normal es vestirse en ropa que compras para trabajar y conducir a través del tráfico en un coche por el cual todavía estás pagando -para conseguir el trabajo que necesitas para pagar la ropa y el coche, y la casa que dejas vacía todo el día así puedes permitirte vivir en ella» ELLEN GOODMAN
“La monopolización de la fuerza por parte de los Estados modernos y el rechazo casi en forma de reflejo condicionado respeto de las expresiones consideradas ilegítimas de agresividad en la vida ordinaria han condicionado que la violencia sea así lanzada de una zona oscura, a la que se le niega ya no su naturaleza de instrumento social y de medio de comunicación culturalmente pautado, sino incluso a su propia condición de propiamente humana. La violencia es objeto de discursos que la perfilan como una irrupción del otro absoluto, que la asocian al inframundo de los instintos, que prueban nuestro parentesco inmediato con los animales o que advierten del acecho cercano de potencias maléficas. La violencia ejercida por personas ordinarias no legitimadas es entendida como abominable, monstruosa, en cualquier caso siempre extrasocial” MANUEL DELGADO (2005)
“La representación mediática, sobrecargada de tintes melodramáticos, de esa violencia no sólo antisocial, sino asocial, no hace sino incidir constantemente en la degradación que indica el uso no legítimo de la fuerza bruta, que convierte a sus ejecutores en menos que humanos, representantes de instancias subsociales. La imaginación mediática y los discursos políticos y policiales que hablan constantemente de esa violencia exógena a lo social humano, procuran hacer de ella un auténtico espectáculo aleccionador para las masas. En los medios de comunicación y en los discursos oficiales que «condenan la violencia» no se habla nunca, por supuesto, de la violencia tecnológica y orgánica, aquella que se subvenciona con los impuestos de pacíficos ciudadanos que proclaman odiar la violencia. No mencionan la muerte aséptica, perfecta y en masa de los misiles inteligentes o de los bloqueos contra la población civil. No hacen alusión a las víctimas incalculables de la guerra y la represión política. Vuelven una vez y otra a remarcar lo que Jacques Derrida había llamado la «nueva violencia arcaica», elemental, bruta, la violencia primitiva del asesino real o imaginario, del sádico violador de niñas, del terrorista, del exterminador étnico, del hooligan, del delincuente juvenil, del joven radical vasco, del skin. He aquí una violencia representada como inorgánica, animal, primaria, en la línea de aquella distinción propuesta lúcidamente por Walter Benjamin entre la violencia episódica, ocasional, contingente, y la violencia constante, las coordinadas y estructuras fundamentadas en el uso de la fuerza que posibilitan la existencia misma de los órdenes políticos centralizados. Frente a una violencia uniformada, lo que se opone intolerablemente es una violencia «vestida de calle», «de civil», al mismo tiempo cotidiana –puesto que está siempre ahí, semioculta en los subsuelos de la vida ordinaria– y excepcional, puesto que ya se ha repetido que su naturaleza es mostrada como ni tan solo propiamente humana” MANUEL DELGADO (2005)
“Frente a una violencia homogénea, sólo concebible asociada al aparato político y a la lucha por la defensa y la conquista del Estado, una violencia heterogénea, dispersa, caótica, errática, asociada a todas las formas concebibles y hasta inconcebibles de alteridad: violencia terrorista, criminal, demente, enferma, étnica, instintiva, animal; violencia informal, poco o nada organizada: bomba casera, cóctel molotov, arma de contrabando, puñal, piedra, hacha, palo, veneno, puñetazos, mordiscos, patadas (…) De hecho, esa es la violencia que parece interesar de manera exclusiva a los sistemas mediáticos, ávidos por proveer al gran público de imágenes estremecedoras de las consecuencias de la desviación, la anormalidad y la locura. Violencia artesanal, pre-moderna, «hecha a mano», paradójicamente «violencia con rostro humano», y por ello escandalosa e inaceptable. Los violentos son siempre los otros, quizá porque uno de los rasgos que permiten identificar a esos «otros» es la manera como éstos contrarían el principio político irrenunciable del monopolio en la generación y distribución del dolor y la destrucción. Una magnífica estrategia, por cierto, en orden a generar ansiedad pública y a fomentar una demanda popular de más protección policial y jurídica” MANUEL DELGADO (2005)
“Se entiende la preocupación de todo discurso político por mostrar la violencia como algo que debe ser mantenido a buen recaudo, un monstruo que debe permanecer lejos o enjaulado. El mínimo descuido podría hacer manifiesto que el Estado se funda, en efecto, en esa violencia, y que ahí está la evidencia misma de su impotencia, de su debilidad, de una deslegitimidad siempre intuida y, por ello, obsesivamente ocultada” MANUEL DELGADO (2005)
“ (…)Los discursos oficiales sobre la violencia serían siempre contribuciones a la voluntad del orden político de disuadir o persuadir a la mayoría social de una cosa de la que nunca aparece del todo convencida. A saber, que el uso de la fuerza no es lo que es, es decir un recurso cultural y un lenguaje disponibles para fines asociados a una «última instancia», la administración y control de la cual depende de la propia sociedad, sino una substancia demoniaca altamente peligrosa, de la que la manipulacion ha de correr siempre a cargo de especialistas que han sido entrenados por la Administración. Sólo ellos reciben permiso para entrar en contacto con una materia tan dañina, tanto en el terreno de las prácticas como en el de las representaciones, y preservarnos de una energia cuyo peligro reside en su extraordinaria capacidad de expresar sentimientos e ideas, de resolver problemas por la vía rápida y, por último, de poner en comunicación a los seres humanos usando para ello el más poderoso de los vínculos conocidos: el odio.” MANUEL DELGADO (2005)
«Dado aquél carácter, no asumido públicamente, de vanguardia, lo importante es llegar, luego se verá cómo hacer ‘el bien general’. La vanguardia siempre hace, por definición, lo mejor, sea lo prometido o no.» LUIS SABINI FERNANDEZ (2005)
» (…)El derecho de nacer parte de una verdad: el deseo de placer. El derecho de morir parte de otra verdad: el deseo de no sufrir. La razón ética pone el bien o el mal en cada uno de los actos. Un hijo concebido contra la voluntad de la mujer es un crimen. Una muerte contra la voluntad de la persona también. Pero un hijo deseado y concebido por amor es, obviamente, un bien. Una muerte deseada para liberarse de un dolor irremediable, también. Ninguna libertad puede estar construida sobre una tiranía. Ninguna justicia, sobre injusticia o dolor. Ningún bien positivo, sobre un sufrimiento injusto (…).» RAMON SAMPEDRO
“El use-y-tire, el consumismo desenfrenado, la idea de que a mayor consumo y mayor derroche estamos mejor, ha insuflado nuestra cultura contemporánea; el american way of life ha logrado ganar también esta batalla y la gente se ha infantilizado a tal punto que sólo le preocupa ‘no ver’ la ‘caca’ que produce cada día, como si el planeta fuera infinito y la contaminación fuera tan real como los renos de Santa Claus.” LUIS SABINI FERNANDEZ (2005)
“Cuando el sentido de un debate depende del valor fundamental de la palabra útil, es decir, siempre que se aborda una cuestión esencial relacionada con la vida de las sociedades humanas, sean cuales sean las personas que intervienen y las opiniones representadas, es posible afirmar que se falsea necesariamente el debate y se elude la cuestión fundamental. No existe, en efecto, ningún medio correcto, considerando el conjunto más o menos divergente de las concepciones actuales, que permita definir lo que es útil a los hombres.” GEORGES BATAILLE (1933)
“La contradicción entre las concepciones sociales corrientes y las necesidades reales de la sociedad se asemeja, de un modo abrumador, a la estrechez de mente con que el padre trata de obstaculizar la satisfacción de las necesidades del hijo que tiene a su cargo. Esta estrechez es tal que le es imposible al hijo expresar su voluntad. La cuasi malvada protección de su padre cubre el alojamiento, la ropa, la alimentación, hasta algunas diversiones anodinas. Pero el hijo no tiene siquiera el derecho de hablar de lo que le preocupa. Está obligado a hacer creer que no se enfrenta a nada abominable. En este sentido es triste decir que la humanidad consciente continúa siendo menor de edad; admite el derecho de adquirir, de conservar o de consumir racionalmente, pero excluye, en principio, el gasto improductivo.” GEORGES BATAILLE (1933)
“Es cierto que esta exclusión es superficial y que no modifica la actividad práctica, del mismo modo que las prohibiciones no limitan al hijo, el cual se entrega a diversiones inconfesables en cuanto deja de estar en presencia del padre. La humanidad puede hacer suyas unas concepciones tan estúpidas y miopes como las paternas. Pero, en la práctica se comporta de tal forma que satisface necesidades que son una barbaridad atroz e incluso no parece capaz de subsistir más que al borde de lo excesivo” GEORGES BATAILLE (1933)
“(…) Las competiciones son, a veces, la ocasión para repartir riquezas de un modo ostensible. Muchedumbres inmensas asisten a ellas. Sus pasiones de desencadenan con gran frecuencia sin control alguno y la pérdida de ingentes cantidades de dinero queda comprometida en forma de apuestas. Es verdad que esta circulación de dinero beneficia a un pequeño número de profesionales de la apuesta, pero no por ello esta circulación puede ser menos considerada como una carga real de las pasiones desencadenadas por la competición, que ocasiona a un gran número de apostadores pérdidas desproporcionadas con sus medios. Estas pérdidas alcanzan frecuentemente una importancia tal que los apostadores no tienen otra salida que la prisión o la muerte” GEORGES BATAILLE (1933)
“A pesar de ser espantosa, la miseria humana no ha sido nunca una realidad digna de atención en las sociedades porque la preocupación por la conservación, que da a la producción la apariencia de un fin, se impone sobre el gasto improductivo. Para mantener esta preeminencia, como el poder está ejercido por las clases que gastan, la miseria ha sido excluida de toda actividad social. Y los miserables no tienen otro medio de entrar en el círculo del poder que la destrucción revolucionaria de las clases que lo ocupan, es decir, a través de un gasto social sangriento y absolutamente ilimitado” GEORGES BATAILLE (1933)
“Los representantes de la burguesía muestran un comportamiento pudoroso; la exhibición de riquezas se hace ahora en privado, conforme a unas convenciones enojosas y deprimentes. De otra parte, los burgueses de la clase media, los empleados y los pequeños comerciantes, que cuentan con una fortuna mediocre o ínfima, han acabado de envilecer el gasto ostentatorio, que ha sufrido una especie de parcelación, y del que ya no queda más que una multitud de esfuerzos vanidosos ligados a rencores fastidiantes. No obstante, tales simulacros se han convertido, con pocas excepciones, en la principal razón de vivir, de trabajar y de sufrir para todos aquellos que no tienen coraje para someter su herrumbrosa sociedad a una destrucción revolucionaria. Alrededor de los bancos modernos, como alrededor de los kwakiutl, el mismo deseo de deslumbrar anima a los individuos y los involucra en un sistema de pequeñas vanidades que ciegan a unos contra otros como si estuvieran ante una luz muy fuerte. A algunos pasos del banco, las joyas, los vestidos, los coches esperan en los escaparates el día que servirán para aumentar el esplendor de un siniestro industrial y de su vieja esposa, más siniestra aún. En un grado inferior, péndulos dorados, aparadores de comedor, flores artificiales prestarán servicios igualmente inconfesables a reatas de tenderos. La emulación del ser humano al ser humano se libera como entre los salvajes, con una brutalidad equivalente. Sólo la generosidad y la nobleza han desaparecido y con ellas la contrapartida espectacular que los ricos devolvían a los miserables” GEORGES BATAILLE (1933)
“La aversión al gasto es la razón de ser y la justificación de la burguesía y, al mismo tiempo, de su hipocresía tremenda. Los burgueses han utilizado las prodigalidades de la sociedad feudal como un abuso fundamental y, después de apropiarse del poder, se han creído, gracias a sus hábitos de disimulo, en situación de practicar una dominación aceptable por las clases pobres. Y es justo reconocer que el pueblo es incapaz de odiarlos tanto como a sus antiguos amos, en la medida en que, precisamente, es incapaz de amarlos, pues a los burgueses les es imposible disimular tanto la sordidez de su rostro como su innoble rapacidad, tan horriblemente mezquina que la vida humana queda degradada sólo con su presencia” GEORGES BATAILLE (1933)
“Al oponerse tanto a la esterilidad como al gasto, coherentemente con la razón propia del cálculo, la sociedad burguesa no ha conseguido más que desarrollar la mezquindad universal” GEORGES BATAILLE (1933)
“El fin de la actividad obrera es producir para vivir, pero el de la actividad patronal es producir para condenar a los productores obreros a una descomunal miseria” GEORGES BATAILLE (1933)
“El juego cruel de la vida social no varía a través de los diversos países civilizados en los que el esplendor insultante de los ricos pierde y degrada la naturaleza humana de la clase inferior” GEORGES BATAILLE (1933)
“En el momento de nacer, ya lloramos desolados, al vernos en este teatro lleno de locos” El Rey Lear de WILLIAM SHAKESPEARE
“Cuando era niño era, en verdad, un tonto, y no creo que ahora ande en este punto mucho mejor” JUAN SEBASTIAN ARBO (1933)
“Podemos exaltar a los clowns de las ideas, como a los payasos del arte y la literatura, y a los de la política, que son aun mejores; proclamar genios a la vuelta de cada esquina; hacer santas a las prostitutas y hacer Jefes de naciones a los locos y a los forajidos.” JUAN SEBASTIAN ARBO (1933)
“Un día quiero ir a un manicomio: quiero ver lo que hacen los hombres allí. ‘¿Para qué ir al manicomio?’, decía Goethe. ‘Cuando quiero reírme de un loco, me río de mí mismo’, acrecentólo Séneca. Esto es más fácil aún. Esto yo no lo había pensado; de vez en cuando tendré que mirarme también a mi” JUAN SEBASTIAN ARBO (1933)
“No soy ni viejo ni moralista, que a veces es lo mismo, porque, naturalmente, cuando uno no llega (…) Es el asunto de la Igualdad, ya se sabe; por esto votamos por la Democracia.” JUAN SEBASTIAN ARBO (1933)
“A medida que los campos de la actividad humana se diferenciaban, un orden propiamente intelectual, dominado por un tipo particular de legitimidad, se definía por oposición al poder económico, al poder político y al poder religioso, es decir, a todas las instancias que podían pretender legislar en materia de cultura en nombre del poder o de una autoridad que no fuera, propiamente intelectual.” PIERRE BORDIEU (1966)
“Sólo soy algo mientras pueda seguir siendo nada” LUDWIG FEUERBACH
“La universidad pretende el monopolio de la transmisión de las obras consagradas del pasado, que consagra como ‘clásicas’, y el monopolio de la legitimación de la consagración -entre otras cosas con el diploma- de los consumidores culturales más conformes” PIERRE BORDIEU (1966)
“Para que los juicios y los razonamientos de la magia sean válidos es preciso que tengan un principio sustraído al examen. Se discute sobre la presencia aquí o allá y no sobre la existencia del maná. En cambio, estos principios de juicios y de razonamientos, sin los cuales no se les cree posibles, es lo que se llama categorías en filosfía. Constantemente presentes en el lenguaje, sin que sea en él necesariamente explícitas, existen de ordinario más bien bajo la forma de hábitos que dirigen la conciencia, en sí inconsistentes” M. MAUSS
“Son principios sustraídos al examen y categorías de pensamiento inconscientes, las que fundamentan nuestra aprehensión común del mundo y que tratan siempre de insinuarse en la visión científica” PIERRE BORDIEU (1966)
“En una sociedad en que la transmisión cultural está monopolizada por una escuela, las afinidades subterráneas que unen las obras de cultura ilustrada – y al mismo tiempo, las conductas y los pensamientos- tienen su principio en la institución escolar, investida de la función de transmitir conscientemente -y así, por una parte, inconscientemente- el inconsciente o, con más exactitud, de producir individuos dotados de este sistema de esquemas inconscientes -o profundamente sumergidos- que constituye su cultura” PIERRE BORDIEU (1966)
“Galileo demuestra la Verdad de su doctrina a partir del sentido de observación, no de la imaginación. Debemos por tanto, aplaudir a Galileo, quien después de muchos siglos ha descubierto y rescatado las Sagradas Escrituras, del ridículo y la distorsión” TOMMASO CAMPANELLA (1616)
«Así España descubrió el Nuevo Mundo para que todas las naciones estuvieran sometidas a una sola ley» TOMMASO CAMPANELLA