«Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.» MILAN KUNDERA
«El horror es un impacto, un momento de absoluta ceguera. El horror está desprovisto de toda huella de belleza. No vemos más que la intensa luz del acontecimiento desconocido que aguardamos. La tristeza, por el contrario, presupone que sabemos.» MILAN KUNDERA
«La realidad es más que un sueño, mucho más que un sueño.» MILAN KUNDERA
«La única manera de salvar el amor de la estupidez del sexo hubiese sido la de ajustar de otro modo el reloj de nuestra cabeza y excitarnos viendo una golondrina.» MILAN KUNDERA
«La vida humana acontece sólo una vez y por eso nunca podremos averiguar cuáles de nuestras decisiones fueron correctas y cuáles fueron incorrectas. En la situación dada sólo hemos podido decidir una vez y no nos ha sido dada una segunda, una tercera, una cuarta vida para comparar las distintas decisiones.» MILAN KUNDERA
«Una novela no es una confesión del autor, sino una investigación sobre lo que es la vida humana dentro de la trampa en que se ha convertido el mundo.» MILAN KUNDERA
«Parece como si existiera en el cerebro una región totalmente específica, que podría denominarse ‘memoria poética’ y que registrara aquello que nos ha conmovido, encantado, que ha hecho hermosa nuestra vida.» MILAN KUNDERA
«El carácter único del ‘yo’ se esconde en lo que hay de inimaginable en el hombre. Sólo somos capaces de imaginarnos lo que es igual en todas las personas, lo general. El ‘yo’ individual es aquello que se diferencia de lo general, o sea lo que no puede ser adivinado y calculado de antemano, lo que en el otro es necesario descubrir, desvelar, conquistar.» MILAN KUNDERA
«¿Qué es la coquetería? Podría decirse que es un comportamiento que pretende poner en conocimiento de otra persona que un acercamiento sexual es posible, de tal modo que esta posibilidad no aparezca nunca como seguridad. Dicho de otro modo: la coquetería es una promesa de coito sin garantía.» MILAN KUNDERA
«El campo de concentración es un mundo en el que las personas viven permanentemente juntas, de día y de noche. La crueldad y la violencia no son más que rasgos secundarios (y no imprescindibles). El campo de concentración es la liquidación total de la vida privada.» MILAN KUNDERA
«Las preguntas verdaderamente serias son aquéllas que pueden ser formuladas hasta por un niño. Sólo las preguntas más ingenuas son verdaderamente serias. Son preguntas que no tienen respuesta. Una pregunta que no tiene respuesta es una barrera que no puede atravesarse. Dicho de otro modo: precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre.» MILAN KUNDERA
«Mientras las personas son jóvenes y la composición musical de su vida está aún en sus primeros compases, pueden escribirla juntas e intercambiarse motivos, pero cuando se encuentran y son ya mayores, sus composiciones musicales están ya más o menos cerradas y cada palabra, cada objeto, significa una cosa distinta en la composición de la una y de la otra.» MILAN KUNDERA
«El que está en el extranjero vive en un espacio vacío en lo alto, encima de la tierra, sin la red protectora que le otorga su propio país, donde tiene a su familia, sus compañeros, sus amigos y puede hacerse entender fácilmente en el idioma que habla desde la infancia.» MILAN KUNDERA
«El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer).» MILAN KUNDERA
«La persona que desea abandonar el lugar en donde vive, no es feliz.” MILAN KUNDERA
«Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento.» MILAN KUNDERA
«Quien busque el infinito, que cierre los ojos.» MILAN KUNDERA
«Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también.» MILAN KUNDERA
«El río fluye de una edad a otra y las historias de la gente transcurren en la orilla.» MILAN KUNDERA
«La verdadera filosofía es reaprender a ver el mundo» MAURICE-MERLEAU PONTY (1945)
“Si la técnica es, en su esencia abstracta y, como tal, insignificante, tan vieja como el mundo, la aparición de una sociedad en la que la técnica ya no es un simple medio al servicio de los objetivos y valores de la comunidad, sino que se convierte en el horizonte insuperable del sistema, en un fin en sí misma, data del periodo de la ‘emancipación’ de las regulaciones sociales tradicionales, es decir, de la modernidad.” SERGE LATOUCHE (1998)
“A partir del momento en que el mundo queda reducido a nada en cuanto extensión y duración, en cuanto campo de acción, de forma recíproca, no hay nada que pueda ser mundo; es decir que yo, aquí, en mi torreón, en mi ghetto, en mi apartamento (…), puedo ser el mundo. Dicho de otro modo, el mundo está en todas y en ninguna parte. Esto fue lo que el feudalismo, más tarde la monarquía y finalmente la república rompieron” PAUL VIRILIO (1992)
“La transnacionalización de la economía es el complemento indispensable de la emancipación de la técnica. Se trata también de algo extremadamente antiguo que reaparece bajo formas nuevas. Desde los orígenes, el funcionamiento del mercado ha sido transnacional, incluso mundial. Durante muchos siglos se dio un concubinato entre el mercado y el Estado-nación. A partir de una base local, aunque ya en parte transnacional (Liga Hanseática, funcionamiento de los mercados financieros entre Génova y el norte de Europa desde los siglos XII y XIII), fue preciso que la economía se crease progresivamente un mercado nacional. La nación fue el espacio de compromiso sobre el que se desarrolló el mercado. Sin embargo, una vez concluida la conquista del espacio nacional, el mercado siguió su curso. Sobre todo después de los años 70, la economía fundamentalmente se ha transnacionalizado. Siempre han existido firmas transnacionales bajo el capitalismo (los Fugger, Jacques Coeur, los Medici); lo novedoso es que, ya no sólo las finanzas o el comercio son transnacionales, sino también la producción misma. Renault fabrica sus motores en España. Los ordenadores IBM se fabrican en Indonesia, se montan en Saint Omer, se venden en Estados Unidos, etc. La división del trabajo se ha internacionalizado, y las empresas se han transnacionalizado por completo.” SERGE LATOUCHE (1998)
“La emancipación de lo técnico y de lo económico no significa que lo social se mantenga al margen de tales mecanismos, ni que conserve su autonomía, que la política, en particular, podría y debería utilizar tales máquinas en función de sus propios proyectos. Muy al contrario y como ya se ha sugerido, la autonomización de lo técnico y de lo económico, su desinserción de lo social, vacían a este último de toda substancia. La autonomización no puede producirse más que al precio de una incorporación y de una absorción de lo social por las máquinas y, finalmente, del hundimiento de aquél. Los hombres, su voluntad, sus deseos, son captados, desviados, por la lógica del todo. Los ciudadanos son convertidos en usuarios. Ciertos aspectos de esta megamáquina ya son bien conocidos y fueron analizados hace tiempo. Marx, en particular, analizaba el mundo moderno como un sistema cuyo núcleo, el modo de producción capitalista, era una auténtica mecánica. Marx habla incluso de un doble molinillo que reproduce a los proletarios como fuerza de trabajo siempre condenada a ser triturada por el capital y, al mismo tiempo, mediante el mismo mecanismo que reproduce al propio capital, siempre dispuesto a utilizar cada vez más fuerza de trabajo. Adam Smith, con su mano invisible, es el gran profeta de la gran maquinaria moderna, gracias al esclarecimiento de los maravillosos automatismos del mercado. Los hombres de las Luces, fascinados por los autómatas, desearon conscientemente que lo social estuviese regulado de forma maquínica. Dicha maquinización participa del proyecto de la modernidad de una racionalización total de lo social. El resultado ha superado con creces sus esperanzas.” SERGE LATOUCHE (1998)
“Estos mecanismos y automatismos, ya antiguos, han conocido nuevos perfeccionamientos, y la incorporación de nuevos engranajes ha permitido dar aún más amplitud a la máquina. Los consumidores, condicionados por la publicidad, responden a las solicitaciones del sistema de producción del mismo modo que los productores reaccionan ante las exigencias y las señales del mercado. Los ingenieros, al dar de sí todo lo que pueden, contribuyen –llegado el caso, contra su voluntad- al crecimiento ilimitado de las técnicas. Estas técnicas generan medios cada vez más novedosos y refinados para desposeer a los ciudadanos del dominio de sus propias vidas. Por otro lado, acrecientan las desigualdades entre el Norte y el Sur y alimentan la carrera de los medios de destrucción. Los propios responsables políticos funcionan como engranajes del mecanismo. Se convierten en ejecutantes de obligaciones que les superan. La mediatización de la política profesional acentúa el fenómeno de forma caricaturesca. (…) La política se transforma cada vez más en mercado (desarrollo del marketing político). Esto es algo relativamente nuevo y deriva del carácter ahora transnacional del funcionamiento de la máquina. La mundialización de la máquina y su mecanización total son fenómenos recientes y en vías de conclusión.” SERGE LATOUCHE (1998)
“Las nuevas tecnologías aceleran un proceso de desterritorialización puesto en marcha por la abstracción del mercado desde el siglo XII. Los satélites de telecomunicaciones, la interconexión de los bancos de datos, los servidores de gestión de las bolsas y las agencias de todo tipo crean esferas inmediatamente transnacionales. Ya hoy en día, la velocidad de los medios de comunicación vuelve cada vez más arcaicas las reglamentaciones nacionales y exige la aparición de una organización mundial. El espacio aéreo europeo parcelado constituye un auténtico rompecabezas para los responsables del tráfico y representa un despilfarro financiero enorme. El anonimato generalizado de la megamáquina tecno-social desmoraliza las relaciones sociales y políticas de las colectividades humanas. Las constricciones que pesan sobre el hombre político, así como sobre el ingeniero, el productor o el consumidor, concluyen en una renuncia a toda consideración ética. La eficiencia es el único valor que circula por la máquina reconocido por todos. Sin embargo, esta eficiencia convertida en un fin en sí misma es autodestructora y hace de la máquina una máquina infernal. Una máquina puede ser calificada de infernal cuando escapa al control de sus constructores. Ahora bien, esto es precisamente lo que ha ocurrido con la máquina social de la que hablamos: anónima e irresponsable, se ha convertido en indomeñable en la práctica.” SERGE LATOUCHE (1998)
“Esta rebelión de la máquina se manifiesta de tres maneras diferentes y complementarias: escapa a toda regulación política, conduce a un callejón sin salida y es profundamente injusta. Cuando la dinámica económica funcionaba en el marco de los espacios nacionales, todavía era concebible someter la máquina al control de las fuerzas sociales y políticas y mantener un mínimo de vigilancia de las autoridades políticas; en pocas palabras, una influencia de la sociedad tanto sobre el mercado y el uso de las técnicas como sobre la velocidad, la orientación y las modalidades de la acumulación nacional de capital. Con la mundialización de la economía y la transnacionalización cada vez más avanzada de las fuerzas sociales, desde las telecomunicaciones hasta la cultura, la ilusión de un dominio sobre la megamáquina ya no es posible. Las lógicas de su funcionamiento se sitúan a niveles que superan los de las organizaciones sociales. Éstas no tienen más opción que someterse o dimitir, y generalmente hacen las dos cosas.” SERGE LATOUCHE (1998)
“Una de las consecuencias de este acontecimiento es un cierto ‘fin de lo político’, es decir, la pérdida del dominio sobre el propio destino de las colectividades ciudadanas en beneficio de un hipercrecimiento de la administración tecnocrática y burocrática. Las autoridades políticas de los mayores Estados-nación industriales se encuentran ahora en la situación de los subprefectos de provincia de antaño: todopoderosos contra sus administrados en la puntillosa ejecución de reglamentos opresivos, pero totalmente sometidos a las órdenes y estrechamente dependientes del poder central y jerárquico, revocables ad nutum en todo momento. Sólo que, y no es poca cosa, ese poder central a lo Big Brother se ha convertido en un poder completamente anónimo y sin rostro.” SERGE LATOUCHE (1998)
“La carrera por el progreso en la que estamos atrapados es, hablando con propiedad, delirante. La acumulación ilimitada de capital, el crecimiento indefinido de las técnicas, la producción por la producción, la técnica por la técnica, el progreso por el progreso, ese ‘siempre más’ que constituye la ley de las sociedades modernas no puede proseguir eternamente. Esta huida hacia delante, necesaria para el equilibrio dinámico del sistema, viene a chocar con la finitud relativa del mundo. Los límites naturales están cerca de ser franqueados, como testimonian la crisis ambiental y el ascenso de las preocupaciones ecológicas. Acaso sea más fundamental la pertinencia misma de esta tensión entre necesidad y escasez en el corazón mismo del sistema, que se alcanza cuando una tasa de crecimiento anual del nivel de vida del 10% durante un siglo multiplica este último por 736. ¿Podemos seguir manteniéndonos ciegos de forma sostenible y no ver que lo mejor es el enemigo del bien? Entiéndase bien, no se trata de cultivar una nostalgia romántica por un universo pre-técnico. En sí mismas, las técnicas actuales, incluso las más audaces, como los proyectos de ciber-ántropos, los cyborgs, las mutaciones genéticas, la colonización del espacio, no son más delirantes, ni más ni menos que la invención de la rueda, del fuego, de la máquina de vapor o que el descubrimiento de América. La inquietud nace de la inadecuación entre el nivel técnico alcanzado y la máquina humana encargada de fabricar socialmente a los ciudadanos. Podemos concebir la idea de fabricar socialmente personas sanas incorporando montones de prótesis en un mundo sano poblado de máquinas. Resulta angustioso ver técnicas superpoderosas utilizables sin control por empresas que no tienen otra ley que el beneficio, a los señores de la guerra que sólo sueñan con su control, a los burócratas que no buscan más que la eficacia, en un mundo sin alma, sin coherencia y sin proyecto.” SERGE LATOUCHE (1998)
“El proceso de enriquecimiento del que se han beneficiado hasta hoy las naciones industriales no puede generalizarse y beneficiar a la humanidad entera. Los pueblos del Tercer mundo no pueden superar en ningún caso la brecha que los separa de dichas naciones, es decir, producir tanto como ellas y consumir tanto como ellas” FRANÇOIS PARTANT (1978)
“La megamáquina uniformiza, desarraiga y, finalmente, destruye lo político.” SERGE LATOUCHE (1998)
“La megamáquina tecno-científica, la apisonadora occidental, aplasta culturas, lamina las diferencias y homogeniza el mundo en nombre de la Razón. Dicho proceso tiene efectos desculturizadores en el Sur y acarrea un peligro de conformismo para todos mediante la mundialización de la cultura o de aquello que ocupa su lugar, mediante la pérdida de referentes morales y su sustitución por las modas y los sondeos. Estamos asistiendo a una universalización planetaria de los modos de vida y de consumo, al mismo tiempo que a una dictadura de la mediocridad, junto con la banalización de lo excepcional y la exaltación de lo banal. Esto de nuevo no es más que la realización del programa de la modernidad, en la medida en que la modernidad concibe a la humanidad como una colección abstracta de hombres idénticos, el hombre universal de las Luces. Ya no hay, pues, razón para comer, vestirse y consumir de forma diferente: todo el mundo lleva vaqueros y bebe Coca-Cola. Los acontecimientos ‘culturales’ se convierten en acontecimientos mundiales (Dallas, los Juegos Olímpicos). La universalización cultural no excluye el surgimiento de rivalidades entre iguales, al contrario. Cuanto más se asemejan los hombres, más aparecen las hostilidades, más persisten las diferencias en el seno de la identidad.” SERGE LATOUCHE (1998)
“La reivindicación nacional se confunde con una reivindicación particularista y provoca el nacimiento de un Estado a la vez fantoche y fanático, sin que haya madurado una sociedad civil de ciudadanos. El individualismo, que corroe las sociedades modernas, y la mundialización de la economía hacen que vuelen en pedazos las anteriores agrupaciones históricas y se transformen en grupúsculos cada vez más microscópicos. No hay más límite a esta inevitable tendencia que la unión sagrada de los Estados ya reconocidos, que intentan bloquear por todos los medios el acceso de los demás al muy restringido club de la Sociedad de Naciones. Cada tribu, cada clan, cada capilla puede argüir su particularismo como único fundamento legítimo del vínculo social. La isla de Nauru, en el Pacífico, con sus siete mil habitantes, es un Estado, incluso si la explotación de los fosfatos la vacía de toda sustancia y condena a largo plazo a su población a vivir en Australia.” SERGE LATOUCHE (1998)
“En Japón, como es sabido, la única ciudadanía que queda es la de la empresa, por la que, cada año, morirían 40000 cuadros de una forma de estrés a la que se ha bautizado como karoshi.” SERGE LATOUCHE (1998)
“Así, en la fábrica, en la oficina, en el mercado, en su vida cotidiana, el ciudadano, convertido en agente de producción, consumidor pasivo, elector manipulado, usuario de servicios públicos, es el simple engranaje de la gran máquina tecno-burocrática. Incluso si su soberanía no estuviera herida de impotencia por todos los mecanismos que hemos analizado, ¿cómo podría tener todavía el tiempo libre y el deseo de ejercerla? Al término de jornadas de trabajo o de ocupaciones que agotan los nervios, el ciudadano vuelve a casa para encontrarse con innumerables problemas que hay que solucionar, desde los estudios de los niños hasta los impresos de la Seguridad Social que es preciso rellenar, pasando por los impuestos que hay que pagar, etc. Sólo piensa en relajarse y, para eso, prefiere los concursos a lo telediarios. ¿Qué tiempo le queda, qué disponibilidad tiene para acercarse al ágora o al forum e informarse de los asuntos de la ciudad, sopesar los argumentos, desmontar discursos retóricos y entregarse a una prudente deliberación para determinar su elección? La avalancha mediática de mensajes (…) conduce a una desinformación de hecho. Y esto concierne tanto al alto responsable como al elector de base.” SERGE LATOUCHE (1998)
“Las lógicas de la megamáquina no incitan al ciudadano a cumplir con sus deberes ni a ejercer sus derechos. El hermoso proyecto de la democracia se ve privado así de toda substancia en beneficio de una tecnocracia anónima; ésta hace un uso moderado de un despotismo que consideramos ilustrado porque no es consciente de sí misma y porque nos satisface desembarazarnos, con el menor gasto posible, de preocupaciones suplementarias.” SERGE LATOUCHE (1998)
“Cada avance de la ciencia acrecienta la dificultad de la tarea.” MAX PLANCK
«¿Qué tratamos de realizar? Cambiar la organización social sobre la que reposa la prodigiosa estructura de la civilización, construida en el curso de siglos de conflictos en el seno de sistemas avejentados o moribundos, conflictos cuya salida fue la victoria de la civilización moderna sobre las condiciones naturales de vida.» WILLIAM MORRIS
“Si estás poblado de amor no podés tener miedo porque el amor es valentía. Yo me crié en la violencia, con siete hermanos, nueve años en el desierto y cuatro de ellos murieron de hambre y de frío. Me crié con la violencia, luego la dictadura, el abandono de mi padre” FACUNDO CABRAL (2010)
“Vivir es mas difícil que morir” LU CHUAN (2009)
«Vive cada momento como si fuera el último baile en la Tierra» CARLOS CASTANEDA