“¿Es el científico un ‘ignorante’ instruido? (…) No es un sabio porque formalmente cuanto no entra en su especialidad; pero tampoco es un ignorante, porque es ‘un hombre de ciencia’ y conoce muy bien su porciúncula de universo. Habremos de decir que es un sabio ignorante, cosa sobremanera grave, pues significa que es un señor el cual se comportará en todas las cuestiones que ignora no como u ignorante sino con toda la petulancia de quien en su creación es un sabio.” JOSE ORTEGA Y GASSET (1929)
“Es el destino común de las nuevas verdades comenzar como herejías y terminar como supersticiones.” THOMAS HUXLEY (1880)
“¿Qué significa atribuir (…) poder causal a los genes? ¿En qué medida esta manera de hablar refleja un conjunto de ‘hechos naturales’ (…) no es también una manera de pensar, de ver y de hacer ciencia?.” EVELYN FOX KELLER (2000)
“La cuestión no es solamente que los deterministas biológicos sean a menudo unos filósofos políticos y sociales un tanto ingenuos. Una de las consideraciones con las que debemos luchar a brazo partido es que, a pesar de su frecuente pretensión de ser neutral y objetiva, la ciencia no está ni puede estar por encima de la ‘simple política humana. La compleja interacción entre la evolución de una teoría científica y la evolución del orden social significa que, muy a menudo las formas en que la investigación científica formula sus preguntas sobre los mundos humano y natural que se propone explicar están llenas de prejuicios sociales, culturales y políticos.” RICHARD LEWONTIN
«Es necesario notar lo siguiente: la mecanización y la sistematización no son fenómenos nuevos en la historia: lo que es nuevo es el hecho de que esas funciones hayan sido proyectadas e incorporadas en formas organizadas que dominan todos los aspectos de nuestra existencia.» LEWIS MUMFORD (1934)
«El autómata es la última fase de un proceso que comenzó con el uso de una u otra parte del cuerpo humano como instrumento. Detrás del desarrollo de los instrumentos y de las máquinas está la tentativa de modificar el medio de una manera que permita fortificar y sostener el organismo humano.» LEWIS MUMFORD (1934)
«Se hubiera podido llegar al régimen moderno industrial sin carbón, sin hierro y sin vapor, pero resulta difícil imaginar que ello hubiera podido ocurrir sin la ayuda del reloj.» LEWIS MUMFORD (1934)
«La nueva actitud hacia el tiempo y el espacio infectó el taller, los bancos, el ejército y la ciudad. El ritmo del trabajo se aceleró, las magnitudes aumentaron, conceptualmente, la cultura moderna se lanzó al espacio y se entregó al movimiento. Lo que Max Weber llamó el ‘romanticismo de los números’ fue la consecuencia natural de este interés. Al llevar la cuenta del tiempo, al comerciar y al guerrear los hombres barajaban números; y finalmente, a medida que se generalizó la costumbre, sólo los números se tuvieron en cuenta.» LEWIS MUMFORD (1934)
«El desarrollo del capitalismo determinó nuevos hábitos de abstracción y de cálculo en las vidas de la gente de la ciudad: sólo los hombres y las mujeres de la campaña seguían viviendo sobre su base local, más primitiva, y en parte permanecían inmunes. El capitalismo desvió la atención de la gente de lo tangible a lo intangible: su símbolo (…).» LEWIS MUMFORD (1934)
«Las grandes series de progresos técnicos que comenzaron a cristalizar alrededor del siglo XVI tenían como base la disociación de lo anímico y lo mecánico. Quizá la mayor dificultad encontrada en el proceso de esta disociación fue la persistencia de la manera de pensar animista.» LEWIS MUMFORD (1934)
«Nadie puede indicar cuándo la magia comenzó a convertirse en ciencia, ni cuándo el empirismo se transformó en experimentación sistemática o cuándo la alquimia fue suplantada por la química, ni tampoco cuándo cedió la astrología lugar a la astronomía; en pocas palabras, no es posible indicar cuándo dejó de ejercer su influencia negativa el deseo de obtener resultados y satisfacciones inmediatas.» LEWIS MUMFORD (1934)
«La pérdida de tiempo llegó a ser para los predicadores religiosos protestantes, como Richard Baxter, uno de los pecados más odiosos. Perder el tiempo deleitándose en los placeres que procura la sociabilidad, o aun en el sueño, era una cosa reprensible.» LEWIS MUMFORD (1934)
«La substitución de la historia por el tiempo mecánico, la del cuerpo viviente por el cadáver disecado, la de los grupos de hombres por unidades desmembradas llamadas ‘individuos’, o en general la del conjunto orgánico complicado e inaccesible por lo mecánicamente mensurable o reproducible, implica obtener un dominio práctico limitado a expensas de la verdad y de la mayor eficiencia que depende de la verdad.» LEWIS MUMFORD (1934)
«La invención mecánica, aún más que la ciencia, fue la respuesta a la fe vacilante y a un impulso vital desfalleciente. Las serpeantes energías de los hombres, que habían corrido por prados y jardines, que se habían arrastrado por grutas y cavernas durante el Renacimiento, fueron transformadas por la invención en la carga hidrostática de una turbina; ya no centelleaban, refrescaban o deleitaban; ahora estaban sujetas a un propósito fijo y determinado: el de accionar ruedas y multiplicar la capacidad de la sociedad para ejecutar trabajos.» LEWIS MUMFORD (1934)
«Cualquier cosa que faltara en la perspectiva del siglo XVII, no era por cierto una falta de fe en la presencia inminente, en el desarrollo rápido y en la gran importancia de la máquina. La fabricación de relojes, la medida del tiempo, la exploración del espacio, la regularidad monástica, el orden burgués, los procedimientos técnicos, las inhibiciones protestantes, las exploraciones mágicas y, finalmente, el orden la exactitud y la claridad de la ciencia física misma eran, quizá, tomadas por separado, actividades poco importantes en sí mismas, pero a la larga formaron un complejo social y una trama ideológica capaz de sostener el peso de la máquina y extender más aún sus operaciones.» LEWIS MUMFORD (1934)
«Los diversos elementos de una civilización nunca están en equilibrio completo; siempre existe un tira y afloje de fuerzas, y en particular existen cambios en la presión ejercida por las funciones destructoras de la vida y aquéllas que tienden a conservarla.» LEWIS MUMFORD (1934)
«Aparte del incentivo de buscar el rico metal, nadie entró en las minas de los estados civilizados hasta los tiempos relativamente modernos sino como prisionero de guerra, criminal o esclavo. La minería no era considerada como un arte humano: era una forma de castigo.» LEWIS MUMFORD (1934)
«Aun el siervo estaba amparado por la costumbre y la seguridad elemental de la tierra misma, en tanto que el minero y el forjador del hierro en el horno era un trabajador libre, o expresado en otras palabras, un trabajador no protegido: el precursor del asalariado miserable del siglo XIX. La industria más fundamental de la técnica de la máquina sólo conoció en un momento de su historia las sanciones las protecciones y los sentimientos humanitarios del sistema corporativo: pasó casi directamente de la explotación inhumana del rebaño-esclavo a la explotación apenas menos inhumana de la esclavitud del asalariado. Y allí donde apareció, provocó la degradación del trabajador.» LEWIS MUMFORD (1934)
«Ya en el siglo XVII los maravillosos bosques de robles de Inglaterra habían sido sacrificados en beneficio del fabricante de hierro. Tan grave era la escasez de este material, que el Almirantazgo, bajo la dirección de Sir John Evelyn, fue obligado a seguir una política enérgica de reforestación a fin de tener suficiente madera para la Marina Real. El ataque continuado contra el medio ambiente del maderero ha determinado su expulsión a zonas más remotas: a los bosques de abedul y de abetos del norte de Rusia y de Escandinavia, y a las Montañas Roqueñas de América.» LEWIS MUMFORD (1934)
“La cultura tecnológica se está saliendo de cauce, la ciencia está penetrando en la cultura general de forma masiva. Las estructuras tradicionales del poder, las instituciones de toda la vida, han perdido el control sobre el ritmo del cambio. Y de pronto se hace evidente una nueva alianza: una alianza profana entre el mundo tecnológico y el mundo de la disidencia organizada, el mundo subterráneo de la cultura pop, de la fluidez visionaria y de la anarquía de las calles.” BRUCE STERLING (1986)
“La incorporación de máquinas en el cuerpo redunda en la inscripción orgánica de la empresa capitalista. El cuerpo es obra de la naturaleza, la máquina es menos una expresión del saber que un producto del mercado tecnocientífico. La expansión de la empresa capitalista es tal que penetra los cuerpos.” WILLIAM GIBSON (1984)
“Marx, que procuró definir al comunismo como el ‘movimiento propio de la realidad’, cuando la acción política de los comunistas incidía cada vez más claramente y modificaba esa misma realidad, introdujo una contradicción en los términos, procurando desentrañar una realidad ‘natural’ ajena al propio devenir de la acción humana, que sin embargo, la estaba configurando permanentemente.” LUIS E. SABINI FERNANDEZ (2008)
“Aunque otros visionarios de pronto anduvieron más cerca del prosaico mundo real que se fue configurando con el desarrollo tecnocientífico y no sólo mercantil, como podría ser el caso de Saint-Simon, que auguraba un nuevo gobierno de gerentes y administradores fabriles, Marx se constituyó en quien encarnaba ‘la verdad histórica’, ‘históricamente determinada’, ‘objetivamente inminente’.” LUIS E. SABINI FERNANDEZ (2008)
“Desde el momento en que los viejos amos habían sido ‘los protectores de los campesinos’, la burguesía ‘la vanguardia del pueblo’, los burócratas bien podían ser ‘la vanguardia del proletariado’. Ya sabemos que siempre los explotadores se han considerado a sí mismos como la vanguardia de los explotados.” ANTON CILIGA (1935)
“(…) Para la mayoría de los seres humanos, el derecho a aprender se ve restringido por la obligación de asistir a la escuela.” IVAN ILLICH (1971)
“Muchos estudiantes, en especial los que son pobres, saben intuitivamente qué hacen por ellos las escuelas. Los adiestran a confundir proceso y sustancia. Una vez que estos dos términos se hacen indistintos, se adopta una nueva lógica: cuanto más tratamiento haya, tanto mejor serán los resultados. Al alumno se le ‘escolariza’ de ese modo para confundir enseñanza con saber, promoción al curso siguiente con educación, diploma con competencia, y fluidez con capacidad para decir algo nuevo. A su imaginación se la ‘escolariza’ para que acepte servicio en vez de valor. Se confunde el tratamiento médico tomándolo por cuidado de la salud, el trabajo social por mejoramiento de la vida comunitaria, la protección policial por tranquilidad, el equilibrio militar por seguridad nacional, la mezquina lucha cotidiana por trabajo productivo. La salud, el saber, la dignidad, la independencia y el quehacer creativo quedan definidos como poco más que el desempeño de las instituciones que afirman servir a estos fines, y su mejoramiento se hace dependiente de la asignación de mayores recursos a la administración de hospitales, escuelas y demás organismos correspondientes.” IVAN ILLICH (1971)
«(…) La institucionalización de los valores conduce inevitablemente a la contaminación física, a la polarización social y a la impotencia psicológica: tres dimensiones en un proceso de degradación global y de miseria modernizada. (…) Este proceso de degradación se acelera cuando unas necesidades no materiales son transformadas en demanda de bienes; cuando a la salud, a la educación, a la movilidad personal, al bienestar o a la cura psicológica se las define como el resultado de servicios o de ‘tratamientos’. IVAN ILLICH (1971)
«Tanto el pobre como el rico dependen de escuelas y hospitales que guían sus vidas, forman su visión del mundo y definen para ellos qué es legítimo y qué no lo es. Ambos consideran irresponsable el medicamentarse uno mismo, y ven a la organización comunitaria, cuando no es pagada por quienes detentan la autoridad, como una forma de agresión y subversión. Para ambos grupos, el apoyarse en el tratamiento institucional hace sospechoso el logro independiente.» IVAN ILLICH (1971)
«Las burocracias del bienestar social pretenden un monopolio profesional, político y financiero sobre la imaginación social, fijando normas sobre qué es valedero y qué es factible. Este monopolio está en las raíces de la modernización de la pobreza. Cada necesidad simple para la cual se halla una respuesta institucional permite la invención de una nueva clase de pobres y una nueva definición de la pobreza.» IVAN ILLICH (1971)
«El morir y la muerte han venido a quedar bajo la administración institucional del médico y de los empresarios de pompas fúnebres.» IVAN ILLICH (1971)
«Una vez que una sociedad ha convertido ciertas necesidades básicas en demandas de bienes producidos científicamente, la pobreza queda definida por normas que los tecnócratas cambian a su tamaño. La pobreza se refiere entonces a aquellos que han quedado cortos respecto de un publicitado ideal de consumo en algún aspecto importante.» IVAN ILLICH (1971)
«Los pobres siempre han sido socialmente impotentes. El apoyarse cada vez más en la atención y el cuidado institucionales agrega una nueva dimensión a su indefensión: la impotencia psicológica, la incapacidad de valerse por sí mismos. Los campesinos del altiplano andino son explotados por el terrateniente y el comerciante -una vez que se asientan en Lima llegan a depender, además, de los jefazos políticos y están desarmados por su falta de escolaridad. La pobreza moderna conjuga la pérdida del poder sobre las circunstancias con una pérdida de la potencia personal. Esta modernización de la pobreza es un fenómeno mundial y está en el origen del subdesarrollo contemporáneo. Adopta aspectos diferentes, por supuesto, en países ricos y países pobres.» IVAN ILLICH (1971)
«Pasa algo curioso en la vida: cuando uno se niega a aceptar nada que no sea lo mejor, muy a menudo lo consigue.» WILLIAM SOMERSET MAUGHAM
«Sólo al desviar los dólares que ahora afluyen a las instituciones que actualmente tratan la salud, la educación y el bienestar social podrá detenerse el progresivo empobrecimiento que ahora proviene del aspecto paralizante de las mismas.» IVAN ILLICH (1971)
«No sólo en Argentina, sino también en México o en Brasil, el ciudadano medio define una educación adecuada según las pautas estadounidenses, aun cuando la posibilidad de lograr esa prolongada escolarización esté restringida a una diminuta minoría. En estos países la mayoría ya está enviciada con la escuela, es decir, han sido ‘escolarizados’ para sentirse inferiores respecto del que tiene una mejor escolaridad. Su fanatismo en favor de la escuela hace posible el explotarlos por partida doble: permite aumentar la asignación de fondos públicos para la educación de unos pocos y aumentar la aceptación del control social de parte de la mayoría. Es paradójico que la creencia en la escolarización universal se mantenga más firme en los países en que el menor número de personas ha sido -y será- servido por las escuelas. Sin embargo, en América Latina la mayoría de los padres y de los hijos podrían seguir aún senderos diferentes hacia la educación. La proporción del ahorro nacional invertido en escuelas y maestros tal vez sea mayor que en los países ricos, pero estas inversiones son totalmente insuficientes para atender a la mayoría haciendo posible siquiera cuatro años de asistencia a la escuela.» IVAN ILLICH (1971)
«La paradoja de las escuelas es evidente: el gasto creciente hace aumentar su destructividad en su propio país y en el extranjero. Esta paradoja debe convertirse en tema de público debate. Se reconoce de manera general hoy por hoy que el medio ambiente físico quedará destruido dentro de poco por la contaminación bioquímica a menos que invirtamos las tendencias actuales de producción de bienes físicos. Debería reconocerse asimismo el que la vida social y personal están igualmente amenazada por la contaminación del Ministerio de Salud, Educación y Bienestar, subproducto inevitable del consumo obligatorio y competitivo del bienestar.» IVAN ILLICH (1971)
«El que todos tengan iguales oportunidades de educarse es una meta deseable y factible, pero identificar con ello la escolaridad obligatoria es confundir la salvación con la iglesia. La escuela ha llegado a ser la religión del proletariado modernizado, y hace promesas huecas a los pobres de la era tecnología. La nación-estado la ha adoptado, reclutando a todos los ciudadanos dentro de un currículum graduado que conduce a diplomas consecutivos no desemejantes a los rituales de iniciación y promociones hieráticas de antaño. El Estado moderno se ha arrogado el deber de hacer cumplir el juicio de sus educadores mediante vigilantes bien intencionados y cualificaciones exigidas para conseguir trabajos, de modo muy semejante al seguido por los reyes españoles que hicieron cumplir los juicios de sus teólogos mediante los conquistadores y la Inquisición.» IVAN ILLICH (1971)
«Con la escolaridad no se fomenta ni el deber ni la justicia porque los educadores insisten en aunar la instrucción y la certificación. El aprendizaje y la asignación de funciones sociales se funden en la escolarización. Y no obstante, aprender significa adquirir una nueva habilidad o entendimiento, mientras la promoción depende de la opinión que otros se hayan formado. El aprender es con frecuencia el resultado de una instrucción, pero el ser elegido para una función o categoría en el mercado del trabajo depende cada vez más sólo del tiempo que se ha asistido a un centro de instrucción.» IVAN ILLICH (1971)
«Instrucción es la selección de circunstancias que facilitan el aprendizaje. Las funciones se asignan fijando un currículum de condiciones que el candidato debe satisfacer para pasar la valla. La escuela vincula la instrucción -pero no el aprendizaje- con estas funciones. Esto no es ni razonable ni liberador. No es razonable porque no liga unas cualidades o competencias sobresalientes a las funciones por desempeñar, sino el proceso mediante el cual se supone que habrán de adquirirse dichas cualidades. No libera ni educa porque la escuela reserva la instrucción para aquellos cuyos pasos en el aprendizaje se ajusten a unas medidas aprobadas de control social.» IVAN ILLICH (1971)
«El currículum se ha empleado siempre para asignar el rango social. En ocasiones podía ser prenatal: el karma le adjudica a uno a determinada casta y el linaje a la aristocracia. El currículum podía adoptar la forma de un ritual, de ordenaciones sacras y secuenciales, o bien podía consistir en una sucesión de hazañas guerreras o cinegéticas, o bien las promociones ulteriores podían depender de una serie de previos favores regios. La escolaridad universal tenía por objeto el separar la adjudicación de funciones de la historia personal de cada cual: se ideó para dar a todos una oportunidad igual de obtener cualquier cargo. Aún ahora muchos creen erróneamente que la escuela asegura el que la confianza pública dependa de unos logros sobresalientes en el saber. Pero en vez de haber igualado las posibilidades, el sistema escolar ha monopolizado su distribución.» IVAN ILLICH (1971)